Algún Sitio

Puedo mirar arriba, puedo mirar abajo… y no dejarte de sentir tan cerca; en cada respiro, en cada latido, en cada situación que me rodea… tu voz, tus ojos, tu piel, tu aroma, tú… siempre están en mi mente, como un libro que estudio constantemente y jamás me cansa, puedo verte todos los días, a cada instante y no dejar jamás de sentir con tanta fuerza, como ahora…

Mi corazón ha dejado en si un único espacio, un único sitio, total y plenamente reservado para ti, con cada palpito, sólo tuyos. Tan vivo, tan rojo, tan fuerte y sólo latiendo por ti; sí, tú, mi querido amor; la luz, que la vida puso frente a mi, quien usa su fulgor para iluminar cada sentimiento de mi ser, y el cual guía mis pasos, le da fuerza a mi alma y me deja sentir, tener, ser…

El destino nos ha reservado grandes tiempos, sé que en algún sitio, un día pacíficamente nos contemplaremos, mirando el atardecer mientras, después de ver que los años pasados fueron tan hermosos en cada instante, tan felices y llenos de paz, podremos esperar la eternidad, para así vivirla juntos… juntos para siempre, como nuestras promesas en la primera etapa…

En la distancia, cada noche, abrazo tu recuerdo, siento tu fragancia impregnada en mi piel, dando vida en mi interior… escucho y recuerdo, revivo en mi mente, y aún lejos te tengo tan cerca, te visualizo y se que puedo alucinarte ahí a mi lado; sin embargo, no temo decir que estoy loca, y mucho menos a decir que estoy loca de amor, loca por ti.

Algún día, en algún sitio, alguien leerá cada una de mis palabras, y entenderá mis sentimientos, entenderá a mi corazón, a mi alma, entenderá la pasión que encierra mi ser con cada sentimiento hacia ti, entenderá que amar va más allá de pensarlo y decirlo; sentirlo…

¡Lentes para no Herir!

Nadie entiende el valor de un segundo, hasta que le pasa algo que lo involucre con este, y le duela; nadie entiende el valor de un refresco sin azúcar, hasta que tiene sed; nadie entiende el valor de una lagrima, hasta que ve a esa persona, especial, derramarlas de corazón y en silencio, mientras sólo desea hacer las cosas bien…; nadie entiende lo que realmente significa amar, hasta que vive el sentimiento, con penas y bendiciones, con dificultades y alegrías…

Hoy me desperté, y no imaginé que vería una forma de llorar tan distinta, tan real, tan… triste que me partió el alma, sin saber que lo hacia… lloraba para sí, no hablaba, ni hacia ruido, lo único capaz de delatarlo fueron las diminutas gotas que sus ojos dejaban brotar, mientras, su piel apoyada en la mía, me dejaba sentir esa nueva sensación…

Luego se secaba, y no dejaba rastro de la pequeña lluvia en su interior, sin ser obvio, buscaba serenidad y guardaba la calma, no permitía que en su voz sintiera yo lo que vivía… no estoy muy segura del porqué de su llorar, que si bien fue suave, no deja de demostrar una pena; y en parte me siento culpable, porque mi dureza, sin felicidad, no mejoraban la situación… Entiendo mi error, no debí dejar que una pequeñez, solucionable, afectara aquel momento, la tristeza me ganó, y mi inconciencia, me demostró cuanto hace una persona por amor… Me equivoqué, me puse los lentes, pero al quitármelos no me di cuenta de cuanto dejaba a mi alrededor, mi fastidio lleno de pena, no me dejo ver que era egoísta, que aquel ser sólo deseaba hacerme feliz, dejaba lo que quería para complacer un capricho, que quizás ambos deseábamos, pero que uno podía controlar…

Me siento culpable, por el momento por el que tuve que hacerlo pasar, si sólo mis ojos se hubieran controlado un poco más o si hubiera usado los lentes unos minutos más, esa situación no la hubiera visto, si sólo no hubiera sido tan encerrada en ese momento… en verdad el amor cambia, y te demuestra que tantas promesas hechas son realmente ciertas. Perdón, sin embargo, ahora entiendo más de aquello que no sería fácil saber, sin vivir, entiendo tu sinceridad, entiendo más que la unión que hay entre los dos, entiendo que cuando te elegí para seguir a tu lado el resto de mi vida… no me equivoqué.

Jaula Abierta

Después de tantos años, no imaginas cuantas cosas pueden pasar y suceder, ni mucho menos separarte de quienes creías que te rodearían siempre… después de tantos años y peripecias, crees que la vida está hecha para seguir junto a ellos, imaginas que son inseparables… sin embargo un día levantas la vista, respiras hondo y te das cuenta que las cosas no son lo mismo que antes…

A veces deseamos manipular las vidas de los otros, de una manera conciente e inconcientemente, deseamos hacer de un hecho una realidad, y que todo sea como siempre imaginamos, pero al pasar los días, descubrimos que nada de lo que idealizamos es totalmente verídico…

De repente una tarde lloraras, te darás cuenta que esa persona, que enrumbado con otro camino, ha decidido alzar vuelo, pues su libertad se miraba cuestionada a las decisiones a las cuales probablemente la sujetabas… duele, da pena, lastima y desgarra, pero que puede uno hacer, más que mirar hacia el frente y recordar un antigua leyenda china, seguir tomando agua y creciendo, muchos llegan y pocos se quedan, es por eso que llega un momento donde abres la jaula, que amarra a aquel ser, y lo dejas libre, los dejas salir, respirar con paz, sin embargo no cierras las puertecilla que le da libertad, sólo esperas que algún día regrese, y así retomar un viejo destino que fue forjado por la insanidad de una idea derivada de la creación de una nueva dimensión; es entonces cuando analizas viejas frases, un amigo te hace reflexionar, te abre los ojos, y eres empático o empática, miras el sol desde tu ventana y un suspiro cierra el capitulo triste de una temporada, sanan cicatrices con el tiempo, y aún con marcas, sigues queriendo… por lo mismo no cierras esa rejilla y la dejas abierta, demuestras confianza y si en verdad vale y pesa, luego regresa…