
Todo en esta vida tiene una razón, un motivo, un inicio, una circunstancia, un desenlace, una consecuencia, una conclusión…tiene un pasado, un presente y un futuro. Según mi parecer, nosotros auto programamos como debe ser nuestra vida, nosotros somos los que forjamos las riendas de nuestra ruta. Todos tenemos una misión, la cual siempre se cumple, pero antes enfrenta diversos obstáculos, aunque en verdad son cosas que debían ocurrir, porque nada en este mundo pasa sin ser percibido y mucho menos por gusto…
Si en todo caso, nos pusiéramos a analizar cada detalle de nuestra vida, nos daríamos cuenta que todo lo que vivimos, era y es necesario, sino trata de imaginar o mejor dicho recordar una situación, donde tu elección te llevo a un castigo, pero ese castigo te permitió conocer a una persona muy especial en tu vida… única conclusión, era más que necesario. Todo nuestro mundo gira alrededor, de nuestras pequeñas y grandes decisiones, de las cuales podemos destacar tanto cosas buenas y del bien y cosas malas y del mal; pero un hecho obvio es que siempre pasa algo, algo trascendental, que rige el mañana, que cambia un todo y que a veces deseamos modificar, pero eso es prácticamente imposible, así que sólo nos queda seguir bailando aquella fiesta llamada vida. Sin embargo, al limitarnos a ver esta cara de la moneda, no nos permitimos maravillar con el por venir, y nos convertimos en nuestro propio estorbo. Es aquí donde aprendemos a ver lo +positivo+ a la vida, porque cada situación que vivimos tiene una razón, y permite que aprendamos, y modifiquemos algo que esta ocurriendo, o que estemos preparados… Yo puedo dar testimonio de eso continuamente; sin irme muy lejos, podría decir que en una gran obra titulada “EL NOMBRE DE
Retomando el punto, te hago la pregunta: ¿Crees en las casualidades o en las causalidades? Creo firmemente, que cada segundo que pasa tiene un motivo específico, incluso el hecho de que ahora estés leyendo esto y más de mis escritos, significa que vale la pena hacerlo, porque al fin y al cabo cumplen su objetivo principal, ¡Reflexionar!
No sé cuanto puedas haber captado de esta composición centrada directamente en ti, pero sé que esos minutos frente al monitor logrará hacer algo muy importante, y que no fueron desperdiciados, sino usados de la manera correcta. Sólo recuerda algo importante: sea lo que sea lo que hagas siempre hay algo que le procede y que ya es momento de pensar las veces necesarias antes de hacerlo. No necesariamente lo que hagas será bueno o malo, aunque ser empáticos no nos vendría nada mal…