jueves, octubre 14, 2010


Tres días son suficientes, para cambiar una vida, para revolucionar una sociedad, o para intentar seguir siendo lo mismos del ayer…

Alguna vez te imaginaste cuidando una piedra, o sentado frente a ella para asegurar que tu misión se concluya con éxito… y, aún cuando lo intentases, haz pensado en lo que hará aquella roca por ti… Pues bien yo conozco a alguien que hace eso, y es increíble porque lo hace por amor, y lo mejor de todo sin pensar en recibir algo a cambio. Piénsalo una sola vez y mírate a ti, cuidando a alguien, alguien a que pueda que estimes demasiado; y llegado cierto momento, de repente se aleja de ti, y te deja atrás, pues no se pone en tu lugar, y por lo mismo que es distinto a ti, quizás no le importa lo que tu puedas estar sintiendo. Entonces, tu siguiente acción, por ende, será la de no acercarte, y ni todo al afecto que sientas, te servirá para mantenerte ahí de pie en pos de su vera…

Pero existe alguien que, aún ante una situación de tal magnitud, no da su brazo a torcer, y sigue ahí, pendiente, con justicia y amor… vigilando atento y sin pestañar; te escucha y no exige que tu lo hagas, pero créeme que si lo hicieras te maravillarías con lo que dice, pues es sobrenatural y cada palabra suya es un aliento más para nuestra alma. No te exige nada, pero te da libertad para que tú elijas. Conserva su posición firme de mantenerse a tu lado y sólo espera tu regreso honroso como su hijo amado.

Sin embargo nosotros, privados, suprimidos bajo nuestros propios temores, atados a este mundo tan superficial, presos de vanas ideas… somos esa piedra, tan dura y gris; muertos, porque no decidimos cambiar, porque preferimos una breve vida llena de tontos lujos a cambio de la eternidad, resplandeciente y llena de cosas inimaginables…

Dios, nuestro Padre Amado, ha reservado para sus hijos una herencia incalculable, la cual no tiene ni valor, ni comparación. El sigue ahí, tras nosotros, tras aquella piedra, esperando a que esta, como gusano que busca la metamorfosis, se convierta a Él y sea más que una bella flor en su jardín que sea un gran bosque alimentado por el agua de la vida y dotado de sus dones para ser sus soldados.

Tres días no son suficientes, pero de pequeñas cosas las grandes surgen. Si tenemos FE y somos sus testigos en este mundo, lograremos lo que hizo aquel pequeño granito de mostaza. Se un soldado y lucha en este mundo real bajo su protección, guiado por su amor… Se diferente, únete con la lucha por el cambio…

Olenka Verónika Vargas Lazarte

Hija amada y testigo fervorosa de Dios en la tierra.

VARLAZ

VARLAZ
Olenka Verónika Vargas Lazarte

La Esquina Libre

La Esquina Libre
Arte En Palabras

Las maravillas del Universo