
Ella se encontraba paralizada por el increíble frío que la invadía, su cuerpo pisaba otra atmosfera, muy distinta a aquel espacio en el que se encontraba; la densidad de las gotas empapó totalmente su atuendo. Su paraguas no alcanzaba a cubrirla y mojarse con aquella tormenta era cosa de segundos… La combi llegó, ella alzó el brazo y esta freno de golpe, resbalando por el piso mojado, sin dejar de mojarla…
Al subir no advirtió la puerta y la voluminosidad de su protector contra la lluvia, y este se atoró literalmente en la puerta, y como el bus avanzó, ella se vio obligada a abandonarlo, siendo inevitable dejarlo ir…
Todos los asientos estaban ocupados, excepto uno del fondo el cual se encontraba cubierto por la multitud. No alcanzó a divisarlo, y siguió parada, sujetándose del tubo para no resbalar. Luego un brazo la estrujo y con el otro la hizo balancearse. Asustada, giró y al verlo no hizo más que cruzar sus brazos sobre él; luego él la invitó a sentarse a su lado, en aquel asiento de atrás, que no diviso en un inicio. Agarrados de la mano, contemplándose, no pudieron evitar volver a abrazarse; pues, el instante mágico era tan único que deseaban dejarlo ir… Ya había pasado mucho tiempo desde la ultima vez se veían. El sentimiento que surgió hace tantos años jamás se quiso dar por vencido y aún con adversidad luchó. Peleó porque era verdadero… un beso sello con una grato recuerdo, como la primera vea que se vieron… pero ella tuvo que bajar; el momento era precisamente como aquella mañana de sábado… el carro paró, y esta vez fue ella la que bajó; pisó el lodo, causado por la tierra, pero no evitó mancharse… la lluvia se hizo totalmente estruendosa y ahora ya no estaba su paraguas, miró una ultima vez la ventana del carro, por la cual el la divisaba y el carro avanzó en dirección opuesta a lo que sería su recorrido de regreso a la madriguera.
Empezó a caminar, con la misma nostalgia con la que dejó esa vez al taxi a aquel personaje que la hacia tan feliz…
De repente dejo de llover para ella, pues fue precisamente así como las gotas aún caían a su alrededor, pero ella no se mojaba; levantó la vista para ver extraordinario suceso…
*Al levantar la vista descubrió que un paraguas la protegía, y cuando lo vio a él, no evitó abrazarlo... sonrió y tomados de la mano recorrieron el camino de regreso a casa, mientras el repetía viejas promesas... y narraba cuentos con canciones a cerca de aquella bella historia que un día surgió entre los dos...
Ahora iban juntos, protegidos por la calidez de las gotas de lluvia, con truenos que sobresaltaban un amor que se reencontró después de una larga espera...
*Él no bajó del carro, alguien más subió y se sentó a su lado, él la contempló y entendió el nuevo inicio, el inicio del que un día ella había hablado, pero que él creyó que no llegaría…
Ella levanto la vista y contempló la calamina sobresaliendo que por un momento la protegió de aquellas gotas de lluvia, al bajar la vista miro una interesante y rara luz delante de ella, parpadeo rápidamente y siguió caminando… esa luz era producida por una pequeña linterna, con la cual su dueño jugaba, al verla desprotegida le propuso acompañarla hacia su destino…
Ambos miraron con esperanza esa realidad, la aceptaron, y le sonrieron… habían bonitos recuerdos en el pasado.
Ya era de noche, pero no estaba oscuro; había nuevos sueños, pero todos ya eran reales, una ilusión de mágica vida, un azul de cielo brillante y música de campanas de colores, con reflectores de tranquilidad… dos historias que una vez fueron sólo una. Dos seres sin rencor, dispuestos a aceptar su destino, sin nostalgia ya por el pasado, con corazones repletos de alegría, y satisfechos, pues hubieron errores, pero esta vez ya habían aprendido…
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