Nadie entiende el valor de un segundo, hasta que le pasa algo que lo involucre con este, y le duela; nadie entiende el valor de un refresco sin azúcar, hasta que tiene sed; nadie entiende el valor de una lagrima, hasta que ve a esa persona, especial, derramarlas de corazón y en silencio, mientras sólo desea hacer las cosas bien…; nadie entiende lo que realmente significa amar, hasta que vive el sentimiento, con penas y bendiciones, con dificultades y alegrías…
Hoy me desperté, y no imaginé que vería una forma de llorar tan distinta, tan real, tan… triste que me partió el alma, sin saber que lo hacia… lloraba para sí, no hablaba, ni hacia ruido, lo único capaz de delatarlo fueron las diminutas gotas que sus ojos dejaban brotar, mientras, su piel apoyada en la mía, me dejaba sentir esa nueva sensación…
Luego se secaba, y no dejaba rastro de la pequeña lluvia en su interior, sin ser obvio, buscaba serenidad y guardaba la calma, no permitía que en su voz sintiera yo lo que vivía… no estoy muy segura del porqué de su llorar, que si bien fue suave, no deja de demostrar una pena; y en parte me siento culpable, porque mi dureza, sin felicidad, no mejoraban la situación… Entiendo mi error, no debí dejar que una pequeñez, solucionable, afectara aquel momento, la tristeza me ganó, y mi inconciencia, me demostró cuanto hace una persona por amor… Me equivoqué, me puse los lentes, pero al quitármelos no me di cuenta de cuanto dejaba a mi alrededor, mi fastidio lleno de pena, no me dejo ver que era egoísta, que aquel ser sólo deseaba hacerme feliz, dejaba lo que quería para complacer un capricho, que quizás ambos deseábamos, pero que uno podía controlar…
Me siento culpable, por el momento por el que tuve que hacerlo pasar, si sólo mis ojos se hubieran controlado un poco más o si hubiera usado los lentes unos minutos más, esa situación no la hubiera visto, si sólo no hubiera sido tan encerrada en ese momento… en verdad el amor cambia, y te demuestra que tantas promesas hechas son realmente ciertas. Perdón, sin embargo, ahora entiendo más de aquello que no sería fácil saber, sin vivir, entiendo tu sinceridad, entiendo más que la unión que hay entre los dos, entiendo que cuando te elegí para seguir a tu lado el resto de mi vida… no me equivoqué.
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